viernes, 18 de enero de 2008

La condena de las navidades

Hace mucho que no escribo, las navidades me dejaron agotada y el inicio de las clases me tiene arrastrándome por las esquinas.
Ahora entiendo eso de “los únicos que disfrutan de las navidades son los niños”, qué horror de fechas. Cuando mis padres vivían juntos eran un infierno por las movidas que se formaban esos días tan entrañables. Una vez separados, empecé a disfrutarlas como supuestamente se merecen, pero a día de hoy son una condena. Tengo que cocinar, para mucha gente y todo debe quedar buenísimo sino bronca de la jefa que para eso la educaron; tengo que comprar, no sólo lo que yo regalo a los demás sino también lo que los de demás regalan a los de más allá. Porque claro, la jefa dice que al marinerito le compre yo, que tengo más gusto y lo conozco más, a mi hermano también porque la pobre mujer esta harta de que su hijo le agradezca los regalos con un “joder mamá, ¿a ti ésto te parece bonito?”
Por supuesto que la madre del marinerito también necesita ayuda para comprarle al hijo, porque ella a su edad dice que no tiene gusto, quien la viera vestida con ropa de Zara y de Mango no diría lo mismo pero bueno.
Mi marinerito no sabe comprarle a su madre y menos a su padre. Así que cada vez que se acercan las fechas, me empiezo a poner nerviosa y cada año juro y perjuro: “el año que viene me planto, que nadie me compre porque yo no pienso gastarme un duro, ni soportar atascos ni aguantar colas ni regatear con el precio del papel de regalo.
Menos mal que he sido muy buena y los Reyes me lo recompensaron con montón de regalos y una Nintendo DS que está haciendo que mi viejo cerebro rejuvenezca hasta ser el de un bebe con chupa y babero.

3 Dí lo que quieras:

DANI dijo...

Cuanta razón tienes.

Pero todo eso vuelve a cambiar de nuevo cuando aparece una nueva criatura en tu vida. Todo vuelve a tomar sentido.

Ya lo verás. Besos

Imogen dijo...

Ay que guay saber que estás de vuelta!!!!!
El año que viene te convenceré para que compres tú mis regalos, jejeje
Mi hermano pidio una Wii....y aun está de camino, que pereza pobretico mío.
Besazo grande

Isabel Burriel dijo...

Menos mal que ya pasaron. Ya parece que quedaron muy atrás. Pero te entiendo aunque yo este año con mi niña de 18 meses las he disfrutado mucho más.

Lo de la Nintendo me apetece mucho pero a ver, poco a poco.

Un beso