sábado, 17 de noviembre de 2007

Que te vayan a buscar a la salida

Muchas noches, desde mi ventana, cuando es cerca de las doce y miro a la cafetería de enfrente para ver si aún puedo bajar corriendo y comprar cigarros; veo un coche negro con un chico cuya mirada solo se detiene en lo que pasa dentro de la cafetería.

Lo he visto infinidad de veces pero nunca me he preguntado porqué está ahí todas las noches. Hoy al volver a mi casa, he pasado a su lado, volvían a ser las 12 de la noche y él volvía a mirar el interior de la cafetería.
Lo primero que me ha venido a la mente es: “Lo que más de todo es que te puedan ir a buscar a la salida...” En la película “Princesas”, Caye lo repetía continuamente, eso era para ella el amor de verdad, y no había un signo más claro que lo demostrara.

“¿Sabes que me jode también? Lo que más de todo... que no te puedan ir a buscar a la salida... A mí es lo que mas me gustaría. Trabajar en un despacho de lo que sea, da igual, pero que me vayan a buscar a la salida. ¿Te imaginas? Y verle esperando desde la ventana, que sea muy, muy guapo y se mueran todas de envidia. Fíjate, ya sólo decirlo es la hostia: " Ven a buscarme " El amor es eso, ¿no? Que te vayan a buscar a la salida... El resto es todo una mierda, ni flores, ni anillos... por mí se lo pueden meter todo por el culo, pero que te vayan a buscar a la salida...” Princesas.

lunes, 29 de octubre de 2007

Yo siempre quise ser la segunda

Yo siempre quise ser la segunda, a mi no me gusta ser la jefa de nada, la presidenta de nada, ni la coordinadora de nada (yo soy mandona en mi casa, que para eso es mía), pero no se cómo ni porqué siempre me meto en berenjenales.

Hace unas semanas, el vecino nuevo, me pide las llaves del cuarto de telecomunicaciones porque va a instalarse el Satélite Digital en su casa. Yo, como buena presidenta, rauda y veloz, le doy las llaves y él se marcha tan contento.
A los dos días, la administradora de fincas, me manda un mail, muy enfadada porque dice que alguien, sin pedir permiso a la comunidad, ha puesto una antena en la azotea del edificio.
Uppppppppsssssssss.
La llamo y le cuento cómo fue todo, en mi defensa le digo que cuando yo quise poner ONO, pedí las llaves a la ex presidenta y santas pascuas.
Ella me dice que una cosa es conectar ONO y otra muy distinta poner una antena sin pedir permiso (no sé ni cuántos vecinos la llamaron quejándose). Como me tiene mucho aprecio porque yo no uso el móvil de la comunidad para otros menesteres que no sean los del querido edificio, se compadece de mi inexperiencia y me dice: bueno, a mí también me podría haber pasado.
Yo abatida, le digo al marinerito que la comunidad tiene a una mierda de presidenta.

Desde principio de curso soy la coordinadora del primer ciclo en mi colegio. Cogí la coordinación porque me da puntos en el expediente. Entre más puntos, más posibilidades de que mi destino definitivo esté por lo menos en la isla donde vivo. Pues, también soy una mierda de coordinadora, llevo el libro de actas atrasado, me olvido de decirles a mis compañeras de ciclo, todas las novedades que me comenta el equipo directivo, y para no cagarla más, pegó todos los comunicados en una libreta (que va a reventar) y no paro de apuntar cosas en la agenda. Cuando veo a Bea, la de Yo soy Bea (Tele 5), me veo a mí misma, aunque sin gafas ni aparatos. Pero la verdad es que no me sirve de mucho, porque al día, pierdo la agenda 10 veces; la voy dejando en cada sitio por el que paso.

También soy la coordinadora en mi colegio de la Red de Escuelas Promotoras de la Salud. Y eso es lo que más nerviosa me tiene, que si decora el rincón de salud, que si crea la comisión de centro, que si haz el proyecto de salud, que si vienen del Centro de Salud a dar una charla, que si tienes que llamar a no se quién, que si tienes una reunión mensual, que si todos los profesores cuando voy a decirles algo en lo que pueden trabajar salen corriendo como si yo tuviera la peste. Por más que digo al equipo directivo que necesito aunque sea 5 minutos en las reuniones para comentar lo que pretendo hacer este año, me miran como si fuera algo dificilísimo, y es que claro, en los colegios nunca hay tiempo para nada, es verdad.

Siempre me digo, Neil, no la vayas a cagar, no te puedes distraer en las reuniones, apunta todo, eres el canal de comunicación entre el jefe de estudios y los profesores, o entre la coordinadora de salud de la zona y el colegio. No me gusta que piensen de mí que no sirvo, que no lo hago bien, y lo que menos me gusta es darme cuenta que es verdad. Pero mira que me esfuerzo, y nada, debe ser que no soy práctica, no me organizo, o directamente (y es lo que yo pienso) no sirvo para estar en el frente. Yo sirvo para ser empleada, ayudante de coordinadora, secretaria de comunidad…pero si cuando era pequeña, mientras todos se peleaban por ser los primeros en la fila, yo mataba por ser la segunda.

domingo, 7 de octubre de 2007

Despedida de soltera y romería

Hace mucho que no escribo, desde que empecé a trabajar llego a mi casa casi a rastras y sin ganas de nada que no sea dormir.
Poco a poco me estoy acostumbrando al ritmo vertiginoso de 1º de primaria.
Como dije hace tiempo, una amiga mía se casa y le estábamos preparando la despedida de soltera, el tupper – sex no pudo ser por varios motivos, ohhhhhhhhhhhhh, pero la despedida la tuvo igual.
La cena se la hicimos en un barco, todas esperaban ansiosas que llegara el capitán y nos diera una vueltita, cuando apareció un super hombre que se hacía llamar capitán, empezaron los gritos de mis amigas, nerviositas por zarpar. Nos había dicho que el barco no mareaba pero aquello se movía demasiado y nadie me hizo caso cuando les dije que no se sentaran, que se movieran y bailaran sin parar. A la media hora, todas se servían las copas sin esperar al marinero de turno que las ponía, y una amiga mía le robaba los cigarros que aquel pobre hombre había escondido detrás de una botella de whisky.
En popa empezaban las primeras vomitonas y todas volvían a gritar al capitán pero, esta vez, para que dejara de darnos vueltas y atracara de una vez. 3 horitas duró la aventura, nos bajamos del barco dando tumbos y terminamos en una terraza hasta las tantas.

Tras la despedida, siguieron pasando los días horribles de trabajo hasta este fin de semana.
Una amiga mía que trabaja fuera de la isla ha venido de vacaciones, como nos vemos poco, estos días hemos estado quedando. Ayer iba con otros amigos a la romería de Vegueta y, el marinerito y yo, fuimos por estar con ella un rato.
Cuando llegamos al lugar donde nos habían dicho que estaban, nos encontramos con una imagen un tanto extraña: allí estaba mi amiga y sus extraños amigos con un coche abierto lleno de cerveza. Uno de ellos, con un yeso hasta la rodilla que no paraba de moverse de manera totalmente arítmica, otra chica totalmente desatada con los pantalones caídos hasta la mitad del culo, y saltando sin parar, un peruano que no paraba de gritar, y todos bailando como si la meta del baile fuera descoyuntarse.
El marinerito me mira y me dice:
- Pero con qué gente se junta G.?
- No sé, yo estoy tan consternada como tú.
A una de sus amigas, la más normal, ya la conocía de hacía tiempo. Empiezan las presentaciones y todos muy agradables.
En la romería estuvimos hasta la 1 a.m. más o menos.
El chico del yeso, se acuesta en la parte delantera del coche con la pierna por fuera, de repente llega una chica, se asoma a la ventana del coche y le enseña la placa de la policía nacional, y le comenta que los vecinos se han quejado de lo alta que tienen la música en el coche, y que por las horas que son, la tiene que quitar. Toda esta conversación con la pierna escayolada pegada a la oreja de la poli de incógnito. Él con los nervios o la sorpresa toca dos veces la pita y le dice: ¡vale! Ella lo mira con ganas de matarlo y él pide perdón.
Como ya no pueden bailar nos vamos a la zona del Ibex. En los coches siguen todos desatados, no sabemos si están de psiquiátrico, pero hacen tanta gracia que el marinerito y yo no podemos dejar de reír.
Ya en el aparcamiento, al lado del Ibex, seguimos bebiendo, el marinerito se enrala y ahora somos todos los que bailamos para descoyuntarnos. Las niñas están apoyadas en un coche y yo en frente de ellas hablando cuando de pronto, siento un empujón y termino tirada encima del capó del coche con los pies empapados. No entiendo nada pero tampoco me sorprendo, oigo risas, me incorporo y el peruano me pide disculpas por tirarme un cubo de agua helada en los pies. Me seco y le digo que no pasa nada, las niñas no paran de reírse, me sigue pidiendo disculpas y le repito que no pasa nada. Me cuenta que se tropezó y que llevaba el cubo con el hielo derretido en la mano.
Cuando se aleja, las niñas me dicen que al tropezarse encajó su cabeza en mi culo y que por eso me caí encima del capó. Me empiezo a reír sin parar mientras oigo que le pide disculpas a mi marinerito, no entiendo porqué le pide disculpas a él pero no digo nada y sigo escuchando la conversación. Ninguna perdemos detalle:
- Peruano: tío de verdad ha sido sin querer: me he tropezado, la empujé y encima la llene de agua.
- Marinerito: no pasa nada, además ella se está riendo, tú tranquilo
- Peruano: gracias tío, tú si que tienes suerte de tener una novia así
- Marinerito: ¿?¿?¿?¿?¿?¿
- Marinerito: ¿de dónde eres?
- Peruano: de Perú, me puedes llamar Machu pichu
- Marinerito: ?¿?¿?¿?¿?¿?¿?
- Marinerito: jaja vale vale
- Peruano: tío en serio que lo siento eh, no te vayas a mosquear por lo de tu novia. Ha sido una situación vergonzosa, ahí empujándola y dejándola mojada. Encima no entiendo porqué no deja de reirse.
- Marinerito: Venga Machu Pichu tranquilo, eso nos puede pasar a cualquiera.
- Todas: ¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿

domingo, 2 de septiembre de 2007

Depresión post-vacacional



Se acabaron las vacaciones y mañana empieza de nuevo la rutina y con ella todos esos buenos deseos de: gimnasio, hacer cursos, aprender a jugar al padel (sí, porque es muy divertido, aunque lo probé porque me animaron y ahora me encanta, yo no quería porque me recordaba a un presidente español que no me simpatiza demasiado, y le había cogido manía al deporte sin probarlo), adelgazar los cuatro kilos cogidos desde abril hasta ahora… y un largo etc.
No sé porqué dicen que la gente planea cambiar su vida después del 31 de diciembre, yo lo hago antes del 1 de septiembre.

No es que tenga depresión post-vacacional ni nada que se le parezca, a día de hoy no me asusta el trabajo, pero estoy cansada de llevar 5 años con la sensación de empezar de nuevo, todos los años colegio nuevo, alumnos nuevos, compañeros nuevos, organización y normas nuevas…

Nunca llego en septiembre diciendo: ¿qué tal el verano? Sino: hola, me llamo Neil, soy la nueva.

Cada año problemáticas distintas, cursos diferentes y todo es un volver a empezar.
Eso sí que me crea a mí: estrés post-vacacional.

viernes, 24 de agosto de 2007

Tupper - sex

Falta poco para la boda de una amiga, no se le ocurre otra cosa que sacarse en la península, en un sitio precioso dice.

Para allá nos iremos todos los amigos, familia, conocidos, compromisos. Las líneas aéreas se van a hacer de oro con nosotros esos días.

Mi amiga tienes amigas muy diferentes, depende del día y del plan sale con unas o con otras, así que para la despedida de soltera nos íbamos a juntar gente de todo tipo, gustos, ideas y condición. Ella imaginando el popurrí que habría el mismo día a la misma hora, nos comentó que si no nos gustaba como se iba a hacer la despedida de soltera “oficial”, hiciéramos otra diferente en otro fin de semana.

Respiré aliviada porque no me gusta lo que tienen planeado, no entiendo la mitad de las decisiones tomadas y como no la organizo yo, tampoco me gusta ponerme de dictadora a decir: ¿pero qué tipo de despedida es esa?

Así que nosotras le organizaremos otra despedida de soltera. Será en el sur en un apartamento, todo el fin de semana. Su boda es la excusa perfecta para juntarnos todas en el mismo espacio y tiempo; que ya es hora.

No le vamos a traer a un maromo de esos que te pone la picha en la nariz y que pretende que le toques el culo lleno de aceite. Pero lo que sí haremos es una reunión de Tupper – sex.



Yo he pasado de dar clases de prevención y orientación sexual a que vengan a mi casa a venderme productos eróticos de todo tipo.
Más le vale a la vendedora traer muchas cosas en el maletín, porque yo me conozco a mis niñas y sé que se van a pelear por la mitad de las cosas.


Estoy pensando si comprarme un látigo vibrador para darle al marinerito cuando se porte mal.

viernes, 17 de agosto de 2007

Letargo

Me regalaste un día una sonrisa que luego se convirtió en un mundo, ¿a cuántos nos ha pasado eso alguna vez o más de una?
Esta noche he decidido escribirte, sobretodo para recordarme que la magia sigue por algún sitio. A veces con las prisas y los holas y adiós simultáneos no la vemos, la dejamos escapar como el agua entre las manos. La vida corre deprisa y entre esquina y esquina la vamos perdiendo.
Quiero parar el tiempo vivir este momento durante más de 24 horas, bueno, mejor recuperar momentos pasados y revivirlos un poco más para saborearlos mejor. Ellos me ayudan a despertar de este letargo.
Yo necesito mis propias palabras, necesito ponerlas por bandera y dar un paso hacía delante.
En esta noche fresca de verano, el universo se concentra en mi habitación, flashes de mi vida revolotean en mi cabeza y nada me deja pensar. Ahora todo gira a mí alrededor, me limito a mirar. Mirar encuentros y desencuentros, sonrisas y enfados, idas y venidas de quienes irremediablemente volverán a encontrarse, coches, atasco, suspiros y más suspiros mientras miro al mar, que es el único que parece escuchar los pensamientos.
Calles y calles, en eso se concentra a veces el día, en caminar una tras otra. Sumida en todo aquello que no tienes tiempo de pensar en otro momento.
¿Cuántas veces salí corriendo del piso sólo para pensar, para ordenar mis caóticos pensamientos, esos que la mayoría de las veces no me llevan a ningún sitio?
Vuelvo a caminar en círculos pero cogí la película empezada y aún no entiendo bien a que juega mi cabeza. Muchas horas siguiéndole el juego tonto a esta caprichosa.
Pero de los letargos también se disfruta, son puntos de inflexión, quizá coja carrerilla a partir de éste.
Sólo quizás…

martes, 14 de agosto de 2007

"La Traída del agua"

Como todos los años, un día como ayer celebramos “La traída del agua”. Es una fiesta singular donde las haya, teniendo en cuenta el problemón que tenemos aquí con la escasez de agua, nos dedicamos a tirárnosla los unos a los otros por mera diversión.

Nos levantamos muy temprano, tengo amigas así de marchosas . A las 9:30 de la a.m. ya estábamos allí. Desde que me bajé del coche y uno, con una super mega pistola de agua de última generación me empapó la camisa de un solo disparo, me di cuenta que sería un día de esos en los que todos te dan por culo y tú con la mierda de artefacto que te ha comprado el marinerito no les vas a mojar ni una uña.

Y así fue, algunos hasta se dejaban mojar por mí, total, necesitaría horas para mojarles aunque fuera la camiseta y ese trabajo era demasiado agotador.

La gente se toma el oficio muy en serio, no se cuántos cigarros me apagaron a traición y cuántos mordiscos mojados di al bocadillo. Pero bueno quién no goce de humor que no vaya a la fiesta.

Con nosotros llevamos a un cabo verdiano que ha venido a trabajar unos días con el marinerito. Llegó el jueves pasado, modosito, serio, siempre correcto; pero claro “La traída del agua” fue otro cantar. El hombre ya venía contento en el coche pensando que con la mierda de pistola que le había comprado el marinerito, sería el terror de las nenas. No fue así, porque como ya he dicho con esas pistolas no asustábamos ni a las hormigas pero después de 6 ó 7 cubatas y tanta mujer con la camiseta mojada; nuestro caboverdiano empezó a perder el norte, y a las 3 de la tarde sólo veía carne femenina a su alrededor y salía detrás como un perrito faldero.
Yo le decía:
- ¿Quieres comer ya el bocadillo?
- Si es de almeja si
- Tú eres un poco guarro ¿no?

Nada el chaval sólo quería almeja fresca para comer y de eso yo no tenía de sobra.
Al rato, después de no sé cuántos cubatas, ya pedía la almeja a gritos y yo no podía hacer otra cosa que maravillarme con su dominio del castellano.

No hacíamos otra cosa que vigilarlo y mojarlo continuamente para que se nos refrescara. Le intentaba meter mano a mis amigas, le dijo una grosería a una chica con su novio al lado y recibió un manotazo de un tio en sus partes bajas, no supe el motivo ni lo pregunté. Pero él seguía gritando almeja y pidiendo ron. A veces decía: nejejito ron (pronunciado con /r/ débil). No le hacíamos caso pero él solito llegaba a la barra y se lo pedía.

A las 6:30 de la tarde lo sacamos el bar arrastrando, de camino al coche seguía intentando meter mano a las amigas que quedaban, ellas las pobres ya no tenía fuerzas ni para protestarle. A una subiendo una escalera le mordió en el culo. Yo miré al marinerito indignada preguntándome en qué mala hora quise yo que él se enriqueciera culturalmente conociendo fiestas tradicionales canarias.

Una vez en el coche, volvimos a encontrarnos a nuestros vecinos de aparcamiento, sí esos que me mojaron tantas veces por la mañana cuando aún hacía frío, y que me hicieron tirar tantos cigarros recién encendidos. A mí que me gusta servir la venganza en plato frío y viendo que se acababan de cambiar de ropa, cogí una botella llena del coche y se las vacié encima. Se fueron fresquitos para su casa.
El cabo verdiano dormía a pierna suelta en el coche mientras nos cambiábamos de ropa y yo comía para conducir el coche del marinerito ya que él, para no variar, estaba bastante perjudicado con tanta alegría y desenfreno de alcohol.
Aquel hombre parecía un oso, nos costó mucho despertarlo, nos decía que no se levantaba, ¡qué no coño! Me gritaba. Pero si pensaba él que a mala leche me iba a ganar lo tenía clarito. Cuatro gritos le metí y se quedó sentadito y pudimos dejarlo en el hostal donde se hospeda. Cuando nos íbamos el recepcionista nos pregunta:
- Pero qué le han hecho a éste pobre? Si no podía ni subir las escaleras…

Para que luego me digan a mí, que los de Cabo Verde beben muchísimo y toleran muy bien el alcohol.

jueves, 2 de agosto de 2007

CANARIAS ARDE



Canarias arde
Esa es la frase más oída los últimos días. Hoy todo parece bajo control, ahora se debe cuantificar los daños. Muchas lágrimas estos días viendo las islas quemadas, el poco monte que tenemos chamuscado y a la gente que ha perdido sus casas desesperada.

En Gran Canaria se ha quemado un tercio del monte y sólo siento rabia, no entiendo como hay personas que quieren tan poco a la tierra que los ha visto crecer. Todo pasto de las llamas, gente que ha corrido peligro, animales muertos, flora muerta, paisajes desoladores es lo único que queda.

Para mí y para todos los que amamos la naturaleza estos días han sido días de luto, cuántos años hacen falta para que todo sea como antes.

Una imagen o dos valen más que mil palabras.

jueves, 26 de julio de 2007

Vuelvo a Canarias


He vuelto de vacaciones y todo a mi alrededor parece distinto, todo es mejor, más nuevo, más bonito, diferente; y me siento afortunada, feliz de vivir donde vivo.
Llevo un día aquí y mi mente sigue estando en otro país, en otra gente, en otro color y otro olor.
Recuerdo constantemente frases, lugares, sensaciones, y ese sabor agridulce permanente que sentía en cada uno de los rincones por lo que caminaba.

La vida es dura, durísima para algunos, yo lo he tenido chupado, casi me han dado todo hecho. Y como ya dije en otro post una vez: ¿qué habría pasado si hubiera nacido en otro país? ¿Cómo sería mi vida viviendo en otro lugar que no sea este?

Sé que no puedo vivir aquí pensando en como viven los de allá pero no puedo evitar sentirme contrariada y un poco estúpida. Yo he vuelto a las comodidades, todos los paisajes eran pintorescos y hasta surrealistas para mí, lo que se quedan en esos paisajes sólo ven… su triste realidad.

martes, 10 de julio de 2007

VERANITO POR FIN!!!!

Por fin empezó el veranito para mí, ya se acabaron las jornadas de 14 horas de trabajo en las oposiciones, si si, 14 horas, como esclavos nos han tenido. El primer día de las oposiciones todos íbamos muy guapos pero al 7º las ojeras nos llegaban a los pies.
Ha sido toda una experiencia, pero espero no volverla a repetir. Aparte del cansancio y de los malos rollos que se viven entre tribunales y con la gente de tu mismo tribunal, aquello es una secta de la que solo te escapas cuando acaba el proceso.

Me levantaba a las 5:30 de la mañana, las calles no estaban puestas todavía y llegaba a mi casa más tarde de las 9:30, ya de noche. Empecé a vivir una realidad paralela, una realidad que sólo compartía con la gente de los tribunales. No sabía que pasaba en el mundo, no hablaba con ninguna amiga porque las fuerzas eran pocas y las reservaba para corregir, no sabía en qué ocupaba el tiempo el marinerito, ni veía a mi familia.
No sé que le ha pasado estas semanas a Melinda la de “Entre fantasmas”, ni a mis “Mujeres desesperadas” favoritas.

Durante el proceso, hay discusiones con los miembros del tribunal, no todos pensamos igual ni valoramos igual. He tenido que hacer serios esfuerzos por mostrarme tolerante ante puntos de vista que no entendía ni entenderé nunca, aunque reconozco que a veces me salía el genio sin poderlo evitar.
Después cuando las notas se ponen, vienen a pelearse contigo los opositores. Por muy justos que hayamos sido, nunca llueve a gusto de todos y hay personas que consideran que su nota tenía que haber sido un 10 en vez del 4 que le has puesto. Y a veces te dan ganas de decirle: “pero tía que tu examen no había por donde cogerlo, que era de pena, cambia de academia o de temario”. Pero claro, eso no se lo puedes decir así.

Uno de los días en el que los que habían aprobado entregaban los méritos (títulos, cursos, vida laboral…) una de las chicas que aprobó y cuya exposición me encantó, me dice que si le puedo explicar en cual de las 3 pruebas falló, porque ella se esperaba mas de un 7. Cojo todas sus plantillas, me pongo a mirar y le explico que el fallo había estado en su plan de trabajo, que le faltaban muchos ítems por desarrollar.
Cuando ya le queda todo claro, decide hacerme una confesión que hubiera preferido no oír.
- ¿Sabes?, cuando vi al tribunal que me tocaba, me quedé tranquila, no sé todos me inspiraban confianza, bueno todos menos tú.
- ¿Menos yo? ¿Por qué? (no sabía dónde meterme, totalmente sorprendida y perpleja)
- No sé. Yo me decía a mi misma: uy… esa chavalita tan joven, que mala espina me da... Y se lo comenté a una amiga, le dije: a mi la del piercing no me gusta nada, a saber que me pregunta.
(Yo seguía sin pestañear, mira que la gente es atrevida eh!, en que momento pensó ella que podía decirme todo eso y que no pasaría nada)
Y siguió:
- Pero mi amiga (que te conoce) me dijo que no me preocupara, que ella había
trabajado contigo y que eras muy buena.

Doy gracias a esa amiga en común que tenemos la atrevida ésta y yo, pero no puedo dejar de pensar porque para muchas personas tengo una apariencia tan negativa.

viernes, 15 de junio de 2007

Maruca está loca y nos quiere volver locos

Ya he tenido la primera toma de contacto en este fascinante mundo, nuevo para mí, como presidenta de comunidad. Me han dado las llaves de todos los armarios de telefonía, luz y cualquier cable que se precie, tengo mi móvil como presidenta y dentro de unos días empezaré a firmar cheques con mi nombre.

Debería estar emocionada, otra experiencia diferente en mi vida pero la sombra de Maruca me sigue persiguiendo, y si antes me hacía gracia sus cosas, ahora me sientan como si me dieran una patada en el culo.

Ella sigue haciendo de las suyas y ya no sé si es que tiene locura permanente, si es una amargada o si nos quiere volver locos a todos.

El otro día, cuando el vecino de arriba empezó con las obras y se le mojó la casa, llamó a la administradora de fincas y le dijo, llorando, que se iba a suicidar, que no soportaba ni un minuto más el ruido. La administradora, pensando que la muerte de Maruca caería en forma de culpa sobre su espalda, intentó tranquilizarla y en mala hora, porque exigió un pintor para le arreglara las humedades lo más pronto posible.
El vecino de arriba, también se sentía culpable y llevó al pintor tan pronto como pudo. Maruca los deja entrar en casa, y ellos, por más que miraron, no encontraban humedades por ningún sitio (Maruca es la reina de las mentiras). A pesar de eso, el vecino le dijo que le pagaría al pintor para que le diera una mano de pintura a todos los techos de la casa. De repente, presa de un brote de locura transitoria (o vete tú a saber si permanente), Maruca les empezó a gritar que se fueran de su casa, que la dejaran tranquila, que éramos todos unos chorizos y que queríamos acabar con ella a base de disgustos.
Yo no me imagino la cara del pintor, seguro que no vuelve al bloque, ni aunque le ofrezcamos el doble por su trabajo.

Encima ahora se ha inventado una nueva teoría sobre el humo del cigarro. Ella desde el principio nos tiene declarada la guerra a todos los que fumamos tanto dentro como fuera del edificio. De hecho, en el bajo, hay unas oficinas y los empleados salen a la calle a fumar y ella desde la ventana les grita que dejen de hacerlo que el humo le entra a ella en su piso. Si uno no puede fumar en la calle no sé dónde podrá hacerlo. Y si le llega el humo que cierre las ventanas, joerrrrr
Lo que decía, a ella el olor a tabaco no le gusta, pero es que no le gusta ni que fumemos en nuestra propia casa porque ha llegado a la conclusión de que el humo se mete en su piso a través del wáter. Si alguien ve lógica esta teoría que me la explique, estoy deseando saber cómo puede el humo ir desde mi salón a mi wáter y de mi wáter al suyo.

También nos tiene declarada la guerra a todos los que vivimos en pecado, a nosotras nos llama ligeritas de cascos por vivir sin estar casadas con nuestras parejas, y allá a donde va, da nuestros nombres y apellidos y nos acusa de tener, poco menos que casas de citas. Somos muchas las putas de mi edificio, es nuestra culpa que ella ande tan mal de los nervios.

El otro día, por la noche, había unos chicos en la calle hablando, era viernes y tenemos un bar cerca. Ella, por supuesto, no permite ruidos a partir de las 12 de la noche y para demostrar su descontento, les tiró un cubo de agua encima. Y tan fresca se quedó ella como ellos.

Ante semejante infierno de mujer, ¿qué podemos hacer? ¿Alguien tiene alguna propuesta interesante que no incluya la violencia?

lunes, 11 de junio de 2007

Fui feliz

Como ya dije un día, la felicidad para mí es un cúmulo de momentos memorables, especiales, divertidos o tranquilos. El sábado celebrábamos el cumpleaños de un amigo en un restaurante. No estábamos todos, mi marinerito (al que le encantan esos saraos) faltaba y algunas amigas también.
Una de las niñas trajo un álbum de fotos nuestras, de salidas recientes, asaderos, fiestas, conciertos, cumpleaños y en ese momento, viéndome en las fotos riendo, viéndoles a las todos guapísimos y recordando todas esas salidas, sentí que estaba otra vez viviendo uno de esos momentos de felicidad. Felicidad por compartir circunstancias, felicidad por sentirme bien y felicidad por ver a los que me rodean reír tanto o más que yo.
Mientras comíamos recordábamos acampadas y otras fiestas pasadas y se me salían las lágrimas de la risa y volví a sentirme feliz. Claro que las 4 jarras de vino también ayudaban bastante, de hecho todos teníamos los mofletes "coloraos"

jueves, 31 de mayo de 2007

Saturación

Saturación, eso es lo que tengo. Hasta un tic en el ojo me ha aparecido. Últimamente mi nombre suena por todas partes, 1º presidenta de la comunidad y ahora vocal en el tribunal de oposición. No me tocó vocal en las elecciones municipales no sé ni porqué.
No voy a negar que llevo todo el año cruzando los dedos, deseando que me tocara ser vocal, por una parte por la experiencia, nunca la he vivido desde ese lado de las oposiciones, siempre estuve en el chungo, el de opositor. Y por otra parte por el dinero, siempre unos eurillos extras sirven para mucho, a mí para muchísimo. Pero ahora pienso en todo lo que se me viene encima: reuniones y jornadas maratonianas viendo a gente que, como yo hace dos años, está presa de los nervios y cansada de estudiar, gente que se merecerá aprobar tanto o más que yo cuando aprobé. Además, ¿con qué rigor puedo yo evaluar a gente que seguramente lleve más tiempo que yo trabajando?
Y ya veremos si no me toca ser secretaria en el tribunal que seguro que soy la más jovenzuela. Desde que empecé a trabajar siempre me toca ser secretaria en todas las reuniones y estoy de las actas y los papeles hasta las narices.

Encima, y para colmo de males, desde hace dos meses mi madre me tiene haciendo horas extras en mi limitado tiempo porque tiene que entregar unos trabajos que por su puesto llevarán su nombre pero están hechos por la hija, y todo son exigencias y todo es:
- ¡Mira a ver cómo lo haces! ¡Qué te quede todo bien! ¡A ver si me van a decir que algo está mal y me haces pasar vergüenza!

Y cuando hablamos de otra cosa me salta con un:
- ¡Oye!, ¿me estarás acabando el trabajo no? Mira que es para mitad de junio, luego no me hagas cogerme agobios encuadernándolo deprisa y corriendo el día antes eh!!!!!!
Los agobios para mi madre consisten en hacer la misma mañana dos cosas: encuadernar en una librería y entregar el trabajito.

Y para más colmo de males, el marinerito se ha vuelto a ir, esta vez a Cabo Verde, y ya empiezo a sentir ese vacío horrible que vuelve cada vez que él se va. El piso aumenta su tamaño y yo me siento chiquitita chiquitita chiquitita. Cada día llevo peor sus ausencias y cada día me parece que el tiempo pasa más lento cuando él no está.

En momentos como éste, mi blog no debería llamarse un tarro de miel, sino un tarro de miel-da.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Noche pintoresca, por no llamarlo de otra manera.

Ayer fue de esas noches raras raras raras. Fuimos a la capital a ver un concierto del grupo “Zen Trio”. Tocan con distintos instrumentos: japoneses, hindúes, árabes y el resultado es música relajante que como ellos dicen: “hace viajar”.

El marinerito decía que escuchar esa música era como estar dentro de la tienda Natura pero yo no me podía concentrar, había un tipo joven que no paraba de moverse a nuestro lado. A todo el que llegaba se acercaba y les decía algo, la gente siempre respondía que no con la cabeza. Mi oreja izquierda no podía estar más alejada de mi cintura pero ni con esas oía nada. Al rato se acercó a nosotros.
- ¿Tienen papelillos?
- No tenemos.
Y así con todo el mundo, recibió malas contestaciones a lo que respondía él maldiciendo.

Venga a dar vueltas, nos volvió a preguntar, el señor de atrás le pegó un grito y él dijo:
- Me estoy empezando a cabrear porque nadie tiene papelillos.

¡Vamos! Es culpa nuestra que él se quiera fumar un porro y no tenga en qué hacérselo por lo visto.

Y seguía dando vueltas: ¡Qué alguien me de un papelilloooooooooooooo!
Buff así no hay quien se concentre en la música.

De repente se va hacia el otro lado del escenario y aparece al rato, triunfal, con la mano alzada y portando un papelillo arrugado. Nos lo enseñó a todos, varias veces, por si no lo habíamos visto y luego nos dijo:
¡Miren ya tengo un papelilloooo, les dedico el porro a todos los “marcriados” (tal cual) que no me han querido darrrrrr y agradezco a la gente que me ha dicho que no tenía con educación!

Ya el chico no cabía de felicidad, allí se puso, delante nuestra, haciéndose el dichoso porro al son de la música. Cuando se lo terminó se puso a bailar, por toda la plaza; como dice la madre de una amiga mía: “lo estaba fliflando”. Se acostó en el suelo, encendió 3 mecheros, sí 3 y nada; a iluminarnos en concierto. Después el pobre se quemó y los tiró al suelo pero se le quitó pronto y volvió al ataque.
Sólo pasan 5 minutos y grita: ¿quién me da un cigarrillooooooooooooo?

Yo, ya no podía con mi vida… el espectáculo dejó de estar desde hacía mucho en el escenario.

martes, 22 de mayo de 2007

Cuando el marinerito bebe

Al marinerito no se le puede dejar beber demasiado, siempre me lo repito y al final, siempre tengo que aguantar sus cosas.

La última, el sábado.
Resulta que el partido “Centro Canario” una división de la subdivisión de la resta de Coalición Canaria (más o menos para que me entiendan) organizaba un mitin en la organización ferial de Las Palmas y traían para amenizar la fiesta grupos de rock canarios, la mayoría poco o casi nada conocidos. Como somos super fans de los Suárez D.C. fuimos al concierto.

Los Suárez, por ser los más conocidos cerraron el evento a las dos de la mañana, pero claro, ya habían tocado como 8 grupos y la cerveza esa noche era gratis. La gente en general a esas horas pasadísimas, y con ellas mi marinerito que se gastó lo más grande en cubatas porque se enteró demasiado tarde de las cervezas regaladas. Ya quedaba poca gente allí cuando empezaron los Suárez D.C. a tocar y nosotros, como no, pegados como lapas a la valla que nos separaba del escenario. Las primeras canciones no las conocíamos porque eran del nuevo cd, así que al acabar cada una, mi marinerito gritaba: ¡¡¡¡¡cantennnnn la de la moto!!!!!!

Después de unos cuantos esperridos nos la cantaron y nosotros nos la sabíamos mejor que el cantante, con coreografía y todo.

Siguen cantando y no nos cantan ninguna más conocida. El marinerito indignado, la gente corriendo como si se les fuera la vida en ello, uno con el zapato en la mano persiguiendo a otro, otro grupo jugando al fútbol con un vaso de plástico, y detrás nuestro, otro pegando patadas al aire. ¡Qué ambientazo!, creo que la única con las facultades mentales intactas era yo.

De repente dejan de tocar y anuncian que se acababa el concierto y mi marinerito:
- ¡Oye!, ¿qué pasa? Y la canción de “me diste el número equivocado”?
- Venga tíos no sean asííííííí, que más les daaaaaaaaa.
- Marinerito que se van, no la van a cantar.
- Joder pero ayúdame no? Grita conmigo
- ¡La del número equivocadooooooooooooooo! (quiero mucho a mi marinerito)
Al ver que no funcionaba, el marinerito cambió estrategia, ya no imploraba, ahora tocaba chantaje emocional.
- ¿Saben lo que les digo? Cuando vinieron al WOMAD estaba lloviendo y no había nadie, sin embargo, nosotros dos nos quedamos en el concierto y nos mojamos todos pero ahí estuvimos, ¡Al pie del cañon!
- Ah!!! Eran ustedes?
Ellos con mucha risita pero seguían recogiendo
- Joer que más les daaaaaaaaaaaaaa, toquen esa solo, que somos super fan de ustedes coññññññoooooooooooo.
Y ellos ni caso, sólo reían
El marinerito creía que era cuestión únicamente de insistir, aunque allí ya no quedaban instrumentos y faltaba la mitad del grupo pero siguió:
- Tíos que esa canción es muy importante para nosotros joeeeee, que cuando yo la conocí a ella, me dio el número equivocado y claro, ahora siempre que la escucho le digo: ¿Te acuerdas Neil cuando me diste el número equivocado?
Yo no aguanté más, le di un mamporro y tiré de él para llevármelo.
Pero el marinerito con 5 cubatas tiene mucho aguante:
- Bueno, ya que no me quieren cantar esa canción que tanto nos unió a mi novia y a mí, por lo menos díganme dónde se compra el puto nuevo cd que no lo encuentro por ningún sitio.
- Ah, si te lo puedes bajar de la página web
- Ah si?, es que a mi me gusta comprar sus cd para apoyar a los grupos canarios y eso, pero si es gratis mejor claro jeje
- Si (jeje) tú bájatelo y nos dejas un mensaje en la web y te informamos de los próximos conciertos y por cierto, un detallazo lo de quedarse aquella vez a ver el concierto con la que caía eh!
- Si si, pero que sepan que hoy me han decepcionado porque la canción del número equivocado es nuestra preferida.

Bufff, qué pesado es mi marinerito

jueves, 17 de mayo de 2007

El patio en discordia II

Ayer fue el gran día, el día de aclarar asuntos pendientes de nuestra querida comunidad. 10 eran los temas del día, de ahí que durara 3 horas y estuviéramos todos con las caras desencajadas, las piernas entumecidas y la espalda, yo por lo menos, rota.

Con el asunto del patio, después de una tensa exposición de cada una de las partes y algún que otro insulto. La atrevida señora tiene que cerrar de nuevo el patio y los vecinos a los que la mujer veía meando, quitarán el muro que construyeron ellos después.
El argumento de la señora fue:
“Cuando se me quemó parte del piso (se le quemó por culpa de una vela que dejó encendida), uno de los bomberos me dijo, que al empezar el incendio al lado de la puerta de salida, mi piso se había convertido en una ratonera, así que decidí (a su cuenta y riesgo) hacer un acceso al patio”.
Imagino que pensando que si se volvía a prender fuego su casa, ella saldría de allí por la ventana del baño de los vecinos.
Otra de las razones para dejar el patio tal y como lo tenía es que gracias a ella, el patio ahora estaba limpito, y le teníamos que dar las gracias entre todos.”

La comunidad decidió que ella no podía hacer y deshacer a su antojo y que debía cerrar el patio cagando leches. Nos dijo que ponía su caso en manos de la comunidad, que ella confiaba mucho en nosotros y que nuestra voluntad sería la suya. ¡OHHHHHHHH!

De repente la presidenta dice: bueno en el otro edificio (osea el mío) ha pasado lo mismo no?. Los del bloque 2 nos miramos extrañados y dijimos que no, y noté que ella me miraba más de la cuenta. Al rato se me acerca y me dice: tengo que hablar contigo.
- ¿Qué pasa?
- Me han comentado que tú has hecho lo mismo con un patio.
- ¿Yoooooooooooooooooooooo?????????
- Sí, que has abierto una pared has colocado una puerta y tienes un tendedero, armario y una planta.
- Mira, el piso lo compré con el patio incluído, la puerta ya estaba y tengo toma de agua y luz en él para mi uso y disfrute.
- Si, pero tu patio no da a otra vivienda?
- ¿Mi patio????? Pues no
- Ah me informaron mal.

Empecé a alucinar un poco porque esa chica no me conoce de nada y ni siquiera vive en mi edificio, quién le dijo tal comentario malintencionado?
¡Ja! Eso fue la Maruca. La odio, la odio y mucho, por mentirosa y manipuladora. Yo, que le escribí un post con cariño, donde la homenajeaba, yo que me reía con su locura transitoria.

Ahora si que no, empezó la guerra Maruca, vale que me pegaras gritos una vez en la puerta de mi piso, vale que me mandaras a la policia local pero esto de inventarte un nuevo patio en discordia no te lo perdono y menos que, en vez de decirlo tú en la reunión, le calientes la cabeza a una pobre chica que ni me conoce.

Pero a Maruca le salió mal la jugada desde el principio porque ayer se elegía a la nueva directiva de la comunidad. Decidimos desde el año pasado que el primero saldría por sorteo y los demás irían saliendo por orden de vivienda. Así que desde ayer soy la nueva presidenta de la comunidad, a ver ahora qué haces Maruca, a ver si ahora me vienes a tocar para quejarte de alguien y yo voy, y tan fresca, te mando a la mierda.
Ahora vendrá a hacerme la pelota, le tengo preparada la peor de las venganzas. Además hoy me dice la peluquera que desde hace tiempo, se pone a criticar a una vecina que ha cogido un patio para ella sola (YO)

Encima para colmo de sus males, empezó la gente a acusarla de llamar a la policía cada dos por tres. Ella tuvo el valor de responder que ella no era la que hacía eso, casi nos la comemos. No se si montar una asociación llamada: “Víctimas de Maruca”, por ahora somos 7 vecinos los afectados, a los inquilinos no los cuento porque no tienen voz ni voto en las reuniones de vecinos.

El vecino de arriba es nuevo y delante de ella le pregunté: ¿ya de mandó a la policía?
- Si ya me la mandó
- ¡Bienvenido a la comunidad! Hasta que Maruca no te manda a la poli no eres un vecino integrado en el edificio.
- ¿Pues sabes qué te digo? Que me voy a comprar un piano

Jajajajajaja la cara de Maruca era todo un poema.

viernes, 4 de mayo de 2007

El patio de la discordia

A veces creo que en mi edificio somos muchos los que hemos visto la serie “Aquí no hay quién viva”. El motivo de la reunión del próximo 16 de mayo me parece vergonzoso. Ayer me enteré por la peluquera que tenemos en el bajo que los vecinos están que trinan por un patio en discordia.
Resulta que ese patio es intransitable pero una mujer pensó: ¿para qué va a estar ese patio muerto de risa si yo lo puedo aprovechar? Así que un día haciendo un homenaje a las viejas de la serie de antena 3, decide romper una pared, poner una puerta y acceder al patio.
Me cuenta la peluquera que lo tiene monísimo, lleno de plantas que riega cada día con amor pero claro, el vecino de al lado va un día al baño, abre la ventana y se encuentra a la buena señora leyendo una revista en el patio que el creía intransitable y vacío.
La mujer se niega a cerrar el patio asegurando que el constructor le prometió que podría hacer la obra sin problemas.
El vecino que no tiene ganas de que la vecina lo vea meando o haciendo dios sabe qué en el baño, aprovechó la ausencia de ésta un día, llamó a un albañil y puso delante de su ventana un muro que impide que la mujer le vea. La mujer se ha quejado porque claro, ahora el patio no está tan mono y tienen una montada que para qué contar.

Y como no se ponen de acuerdo, se llevará el caso a la reunión y tendremos que decidir los demás. ¿qué prefiero: que la buena señora tenga un jardín en un patio o que al vecino lo dejen mear y cagar tranquilo?

Aisss

Además a mi Maruca del alma se le ha rajado el techo de su piso y le ha entrado el agua de la última lluvia, estropeándole una alfombra rarísima. La mujer no levanta cabeza y dice que entre todos la vamos a matar a disgustos. Mi pobre Maruca...


La reunión estará de lo más entretenida.

viernes, 27 de abril de 2007

Mi vecina Maruca

Maruca hoy también está nerviosa, esta pobre mujer no levanta cabeza. Creo que el médico le ha recetado las mismas pastillas para los nervios que al padre de Mafalda, cada vez que ella le hacía preguntas sobre sexo.
Maruca es un vecina entrañable, es atenta, preocupada por los vecinos, por el edificio, siempre anda pendiente de todo lo que sucede y sin que se lo pidas, realiza todo el trabajo sucio del edificio.
Macura es la vecina que todos ansiamos tener alguna vez en nuestras vidas.

La conocí unos meses antes de irme a vivir a mi piso. Por aquel entonces, casi no tenía muebles, ni tele, ni cocina pero iba con mis amigas los viernes a beber unas copitas antes de salir de fiesta. Aquel viernes a las 00:30 de la madrugada tuve la suerte de conocer a Maruca. Me tocó al timbre y cuando abrí me encontré a una mujer demacrada a la que el peine había abandonado durante días.
- ¡Llevo 5 noches sin dormir!, ¡Ya no aguanto más! Como sigas rodando muebles y taconeando llamo a la policía.
- ¿Perdón? ¿Yo? ¿Rodando muebles? ¿Taconeando?

No quería escucharme, por más que le expliqué que no tenía muebles que rodar (y menos a esas horas) y que no era bailarina ni iba a clase de flamenco. Ella subió la escalera aún gritando y alguna vocecita en mi interior me dijo: ¡Bienvenida a la comunidad!

Mi segundo contacto con Maruca fue al mes de vivir en el piso, mi padre un viernes a las 20:00 me colocaba los toalleros en el baño y ella, desde la escalera no paraba de chillar: ¡Por favooooooooooooooooor, dejen el trabajo para mañanaaaaaa, hay gente que quiere dormiiiiiiiiiiir!
No sé si alguien se acuesta a las 20:00 pero lo que si supe en ese momento es que Maruca y yo seríamos muy buenas amigas.

En la Semana Santa del 2006 me mandó a la policía local. Aparecieron el Jueves Santo a la 1 de al mediodía, les dije que había colgado 4 cuadros de 11:30 a 12:00, ellos me dijeron que la persona que les llamó se quejaba de que durante la madrugada también taladrábamos y que el Jueves Santo era día festivo.
- Eso fue la Maruca, le dije al Marinerito

Todos los domingos, cuando a alguien se le ocurre poner un cuadro y hace ruido, Maruca se asoma a la escalera y empieza a gritar. A mí esos momentos de relación vecinal me encantan, de hecho, al primer martillazo, el marinerito y yo quitamos el volumen de la tele para escuchar a Maruca en pleno apogeo, en plena distensión de sus cuerdas vocales.

Pero Maruca nos hace muchos favores a los demás vecinos, ella protesta por todos en las reuniones de vecinos, ella nos cuenta en cada reunión quienes no cumplen con sus obligaciones: quién ensucia el garaje, quién deja la puerta del portal abierta, quién baja las bolsas de basura chorreando; y ella, cuando algún vecino es ruidoso, le llama la atención por nosotros y hasta le manda a la policía local. Por eso a Maruca, en el fondo hay que agradecerle su labor detectivesca, yo a mi querida vecina no la cambio por nada del mundo.
Además, me ha enseñado mucho todo este año, de manera gratuita y voluntaria, me dio un master intensivo de intolerancia vecinal, y ahora cada vez que alguien hace ruido un domingo pienso: ¡Maruuuuuucaaaaaaaa, dile algooooooooo!

jueves, 26 de abril de 2007

¿Cuántas veces nos hemos cruzado?

¿Cuántas veces nos hemos cruzado?

¿Cuántas veces a lo largo de los años, hemos estado en los mismos lugares, hemos visto las mismas cosas, olido los mismos olores y sentido el mismo frío, la misma alegría, la misma soledad, el mismo vacío?
¿Cuántas veces, sin saberlo, hemos compartido espacio y tiempo? Quizá tú en un extremo de la calle y yo en otro, quizá yo en el coche, esperando la luz verde del semáforo para pasar y tú esperando para cruzar , quizá tú llamando desde la única cabina que veo desde mi ventana, quizá los dos en el cine viendo la misma película.

¿Cuántas veces te he sentido cerca? Y de verdad lo has estado, aunque no te haya visto, aunque no me hayas visto.
¿Cuántas veces antes de acostarme he pensado en ti y tú has pensado en mí? ¿Cuántas veces hemos derramado lágrimas el uno por el otro, el mismo día, a la misma hora y en lugares distintos?
¿Cuántas veces hemos sentido la misma tristeza, la misma emoción, la misma nostalgia?

¿Cuántas veces nuestras vidas se han cruzado sin darnos cuenta y cuántas más habrán sin que ninguno lo sepa?

La vida, a veces, nos hace caminar en círculos.

martes, 24 de abril de 2007

Somos frágiles

Llevamos unas semanas en las que todo son malas noticias, accidentes tras accidentes. El marinerito dice que es una mala racha, no lo sé, pero creo que cuando eres adulto conoces a más gente y las probabilidades de que le pase algo a alguien conocido se multiplican. Cuando eres un niño, aparte de no enterarte de mucho, tu círculo se reduce a familia, compañeros de colegio y, como mucho, vecinos.

A veces vivimos como si nuestra vida no acabara nunca, como si fuesemos eternos, y de repente un día te recuerdan que somos frágiles, que hoy estamos aquí y mañana quién sabe en donde.
Parece que tenemos todo el tiempo del mundo pero éste, para algunos, se escapa de las manos irremediablemente.

No sé que deberíamos hacer: vivir la vida deprisa no se nos vaya a acabar, aprovechar el presente, vivir intensamente; o, vivir pensando que llegaremos a viejos y tomárnosla con calma, llenarla de proyectos, trabajarlos día a día esperando que lleguemos a disfrutar de los frutos del esfuerzo.

Antes me gustaba vivir deprisa, centrada en el presente y no viendo mucho más allá. Ahora, aunque disfruto el día a día, pienso en todas las cosas que quiero hacer, en los lugares que quiero conocer, en la gente que quiero amar y en los libros que quiero leer.

No sé que pensaban los que ya no están, lo único que sé es que el tiempo terminó para ellos, hayan aprovechado o no lo vivido, hayan hecho o no planes de futuro.

lunes, 23 de abril de 2007

El mar


“Un niño le preguntó a su padre:
- Papá, ¿dónde está el cielo?
- En el infierno hijo
- ¿Y el infierno?
- En el cielo
- Y la tierra, ¿qué es?
- Son los senderos por los que has de caminar
- ¿Y el mar?
- Es el lugar donde se guardan todos los sueños que tienes durante el día y la noche.”



Quizá por eso me guste tanto el mar: está lleno de sueños.

viernes, 20 de abril de 2007

A medida que crecemos son muchas las personas que nos influyen, personas que entran en nuestra vida, que nos ayudan a conocernos mejor y que nos aportan su pequeña filosofía de vida. Oyes, ves, te cuentan de aquí y de allá; y vas haciéndote una idea de lo que hay fuera de tu mundo.

Un amigo mide la felicidad por la cantidad y calidad de momentos vividos. Yo comparto esa filosofía, la felicidad es un cúmulo de experiencias especiales o importantes. Con él, he vivido muchas y sin su presencia en mi camino, nada habría sido lo mismo; mi vida habría sido otra, pero nunca la que es ahora.
Y eso, es curioso, sé como es mi vida teniendo en cuenta dónde nací, cómo es mi familia y amigos. Pero si hubiera nacido en otro sitio, o en otra familia y me relacionara con gente diferente a mis amigos actuales, no sé quién habría sido Neil.
Me cuesta expresar lo que ha supuesto para mí mi amigo, y no sé cuantificar cuántas horas, historias, risas, llantos, enfados y reconciliaciones hemos vivido juntos.
Cuando las relaciones con algún amigo/a comienzan en la adolescencia se viven todo tipo de sensaciones. Llegué a odiarlo, a ignorarlo, pero también llegué a quererlo. Alguna vez pasó que el querer se confundía con amor y buenos follones preparamos con tantas dudas.

Ahora que somos más mayores y supuestamente “más cuerdos” somos buenos amigos, que digo buenos, somos los mejores amigos del mundo. Y aunque parezca arriesgado decirlo sé, sin temor a equivocarme, que nunca estará lejos, que nunca dejaremos de sentir tanto cariño el uno por el otro y que nunca nunca dejaremos de ser amigos. Da igual si nos vemos poco o casi nada, da igual que viva a cientos de kilómetros; para mí siempre está cerca. De todo lo pasado queda el buen recuerdo, un puñado de cartas, unas cuantas canciones, fotos y algunos lugares y bebidas especiales.
Cuando hablamos, nos pasamos horas y horas e incluso nos sorprende vernos tan mayores y diferentes. Nos reímos del pasado y, es ahora, cuando comprendemos algunas de las conductas del otro, algún enfado, algún silencio; hemos tomado caminos distintos, en lugares distintos y con personas distintas pero una vez, hace mucho tiempo, compartimos espacio, tiempo y momentos, muchos momentos.


No puedo ponerle título, se me hace imposible pero es mi pequeño agradecimiento a ese amante de los F-18


Los sueños y mi vida pasada

Últimamente tengo sueños extraños, muy extraños y ando preocupada pues es algo que no suele pasarme. Aunque tengo una colección de diccionarios de sueños en mi casa, algunos de los significados no los he encontrado así que he decidido aumentar mi búsqueda por internet.
Después de perder gran parte de mi tiempo no encontrando respuestas, me he topado con una página muy interesante.
Le he dedicado una horita a la página pero ha merecido la pena, pues he descubierto muchas cosas de mí que no sabía.
He hecho varias averiguaciones, ya sé mi biorritmo, cúal es mi ángel, mi color de aura, mi vida pasada y la ouija y el tarot me han contestado a algunas de mis inquietudes.

Según mi biorritmo, físicamente hoy estoy para el arrastre, intelectualmente decayendo y emocionalmente en equilibrio aunque ascendiendo sin parar.
Le he echado las cartas del tarot, vía internet, a mi marinerito y como la explicación dada era, aparte de larguísima, incomprensible para una mente como la mía he decidido que mejor le echo las cartas yo que con mi vocabulario de “a pie” me siento más cómoda y entiendo todo lo que me digo.
La ouija sin embargo a todas las preguntas me contesta lo mismo: confuso. Le digo: ¿mi marinerito me quiere?. Respuesta: confuso. ¿Voy a seguir con el marinerito? Confuso. ¿Cuándo es mi día de suerte? Confuso. No se si tienen estropeado el programa o es que mi futuro se ve así de negro.

Mi ángel se llama Rochel, pero no sé nada más de él, no me han querido dar más información, así que no sé ni cómo es, ni a qué se dedica, ni si me sirve para algo.

Mi color de aura es el cobre y por lo visto eso me convierte en “bonachona, ingenua y afable”, dice que me sacrifico por lo demás. Ya andaba yo poniendo en mi cabeza una luz blanca luminosa tipo virgen María cuando leo: “si le traicionan puede convertirse en el zorro mas frío, astuto y cruel del bosque”. Buah, desapareció la preciosa luz.

Y lo más sorprendente de todo: Mi vida pasada. Eso si que me ha dejado un poco consternada. Resulta que mi última vida fui hombre, vivía por la India o Pakistan, el programa no lo tiene muy claro. Era un líder espiritual y realizaba rituales. La gente seguía mis consejos, curioso cuanto menos. Mi tarea en la vida es según la web hacer de este mundo un lugar más bello. Más vale que nadie me traicione porque como me convierta en un zorro rencoroso mal vamos.
La verdad es que el tema de la reencarnación nunca me lo había planteado, aunque me gusten mucho, a día de hoy, (sin tener en cuenta mi profesión en la otra vida) el esoterismo, la parapsicología y la astrología. Seguramente si me dijeran que había sido granjero me habría reído pero que curioso: realizaba rituales. Eso me conecta con mis aficiones actuales aunque los únicos rituales que haga sean pidiendo suerte y amor la noche de San Juan y Fin de año. Me conecta con mi gusto hacia lo espiritual y desconocido y por eso me perturba mi descubrimiento.


¿Y si fuera cierto que nos reencarnamos? ¿Y si en otras vidas hemos sufrido mucho o amado mucho o las dos cosas, o peor no hemos hecho absolutamente nada?

jueves, 12 de abril de 2007

Los invisibles y los sueños

Ayer leí un post en el blog www.silvitxu.blogspot.com que hablaba de los invisibles.
Los invisibles son todas aquellas personas que pasan por nuestra vida, que se cruzan por nuestro camino sin que reparemos en ellos. Quizá hay una vecina que nos ve todos los días yendo al trabajo y nunca nos hemos fijado.

¿Cuánta gente sabe de nuestra existencia sin que nos demos cuenta?

¿Cuánta gente conoce algunos de mis pasos sin yo conocer ninguno de los de ellos?

Es curioso eso, aunque sinceramente creo que yo soy más invisible a los ojos de la gente, de lo que la gente es para mi. Si supieran algunos todo lo que sé de ellos sólo observándoles cada mañana.

Yo nunca me lo había planteado, pero lo que si me ha preocupado siempre es ¿cuánta gente habrá soñado conmigo sin yo saberlo? y ¿qué tipo de sueños han tenido?
Es que yo a veces he tenido cada sueño con gente de la facultad o del trabajo, que hasta me escandalizo solo de pensarlo. Y al día siguiente, cuando me lo cruzaba pensaba, ¡Qué bochorno, si ayer me lo encontré en bolas en mi sueño! Algunos hasta tenían mejor cuerpo en el sueño que en la realidad. Está claro que yo los sueños me los curro mucho.
¿Alguien habrá tenido un sueño erótico festivo conmigo? Buff no puedo imaginármelo, pero si así ha sido, espero que la persona lo pasara bien, que yo estuviera muy guapa y que me recreara en un cuerpo de escándalo.

miércoles, 11 de abril de 2007

Tentaciones del pasado

El otro día quedé con una amiga para tomar café y me contó que se había encontrado a un amigo de instituto, un chico con el que ella solía coquetear con frecuencia, algún que otro beso furtivo se dieron en aquellos entonces. Después, cada vez que se encontraban hablaban animados y a los dos les aparecían cosquillitas en el estómago. Así han ido pasando los años, cada uno ha hecho su vida pero de vez en cuando, sin quererlo ni pretenderlo se encontraban en algún bar y a los dos se les ponía cara de tontos. Me cuenta mi amiga que ese chico siempre ha tenido algo especial pero que nunca ha tenido ocasión de que la historia fuera más allá.
Hace un mes se lo encontró en un bar, hablaron durante un rato y él le cuenta que se casa con una chica dentro de nada, no parece estar muy ilusionado pero bueno, eso es la impresión que le da a ella. Durante esa conversación vuelven las cosquillas pero se queda sólo en eso. Ahora, y es por lo que mi amiga me lo cuenta, empieza a recibir mensajes de él para quedar y tomar algo, a lo que ella acepta intrigada. Ella sabe lo que él busca y él tiene muy claro lo que quiere. Ella no le da pie a nada pero es evidente que él pretende antes de casarse, saber qué habría pasado si hubiera hablado más con ella, si se hubiera mojado más por esta historia de adolescentes.

A mi amiga no le dije nada pero llevo unos días dándole vueltas al asunto y preguntándome qué pasa con esas historias que dejamos en el camino y que nunca llegar a concluir. ¿Qué pasa si un día (con tu vida más o menos organizada) aparece esa persona tan importante que dejaste una vez atrás o con la que nunca llegaste a nada?
¿Seguiremos con la curiosidad de saber qué habría pasado si alguna vez hubieramos dado algún paso a favor de él?

Supongo que a la gente que deja el pasado atrás para nunca más volverlo a mirar no le pasaría nunca nada de esto, pero no todos somos así. A veces pienso ¿y si un día mi marinerito se encuentra con una de sus historias inacabadas?, ¿tendría curiosidad por saber que pasaría?

Otra amiga: inteligente, coherente, ordenada en su vida hasta hace unos meses le temblaba la voz cada vez que veía a un amor de antaño. Pasara el tiempo que pasara, ese chico con sólo una frase podía provocarle taquicardia o un fuerte dolor de estómago. Muchas veces le decía que cerrara esa puerta ya, lo antes posible porque me la imaginaba con 40 años sufriendo de igual manera que cuando tenía 16.

¿Cuántas historias de este tipo hemos oído? ¿Cuánta gente se reencuentra con un ex o un amigo muy especial y se le tambalean todos los cimientos?
Y ¿Cuánta gente es especialista es no acabar historias ni cerrar puertas para aparecer en el momento menos indicado?

martes, 10 de abril de 2007

Paréntesis

En este largo letargo (eterno en algunos momentos) me he dedicado a hacer todo aquello que nunca o casi nunca tengo tiempo de hacer: ponerme 1000 cremas, leer 200 revistas, entre más frívolas mejor y ver horas y horas de televisión, preferiblemente Sexo en Nueva York, Entre fantasmas, o cualquier película en la que hubiera amor y drama. Claro que amor sin drama es imposible para mí.

Mi mente ha estado muy confusa, ha pasado por dos estados claramente diferenciados y lo que me confunde es no saber la razón.

Primer estado: Angustia
Angustia mezclada con una mueca parecida a sonrisa para convencerme de que todo pasaría rápido, de que mi dolor físico sería cada vez menor, y de que todo mi sufrimiento tenía una razón de ser.
Así dolorida y casi sin poderme mover, miraba por la ventana, veía a muchas personas a lo largo del día. Me daba envidia verlas caminar, pasear, correr, reír. Me entristecía que todas estas cosas obvias para cualquiera que estuviera en la calle, fueran imposibles para mí en ese momento y sólo ansiaba el día en el que yo también volviera a hacerlas.
Pero ese día no sería un día cualquiera como otras veces lo había sido, sería un día especial porque ahora valoraba mucho más el disfrutar de un paseo o el tener la posibilidad de hacer ejercicio; esa que ahora se me negaba.

El dolor físico relativiza todos aquellos problemas que no lo son tanto. Empezó a darme exactamente igual, cosas que antes me preocupaban y entendí entonces porque algunas personas que más que vivir sobreviven, no tienen tiempo de deprimirse; están más ocupados en satisfacer sus necesidades más básicas.
El “sentirme mejor” ocupada casi todo mi tiempo. Me miraba al espejo pálida, más delgada, con ojeras y sólo quería “sentirme mejor”.

Y con esos deseos llegó la 2ª etapa de mi letargo: Sintiéndome mejor
Cuando realmente empecé a “sentirme mejor” casi sin dolor, con más movilidad y con más energía; se agolparon en un primer plano nuevos intereses y necesidades.
Tras páginas y páginas del Cosmopolitan y capítulos y capítulos de Sexo en NY, me di cuenta que mi aspecto físico era lamentable. Algo había que hacer con las ojeras, la palidez y la flacidez de mi cuerpo. Fue ahí cuando mi mente pasó al otro extremo y dediqué gran parte del día a documentarme sobre tratamientos, cremas, maquillaje, milagros estéticos carísimos y, sobretodo, me hice una experta en analizar a las protagonistas y sus respectivos modelitos de Sexo en NY.

Parecía que todas aquellas cosas nada superfluas como pasear, respirar aire puro, moverme con soltura y no tener dolor; habían dejado paso a la frivolidad más absoluta.
En quince días de postoperatorio doloroso me había dado cuenta de que la vida era maravillosa y de que yo tenía que valorarla y disfrutarla al máximo. Pero en quince días posteriores de mejoría descubrí que debía endurecer mis músculos, que mi cutis alertaba de la proximidad de los 30, que mis ojeras no querían abandonarme, y que necesito llenar mi armario de ropa primaveral.
No me entiendo ni pretendo que nadie lo haga, sobretodo porque quienes me conocen saben que nunca he sido esclava ni de moda ni de tendencias pero algo se había estropeado en mi cerebro tras tanta ingesta de antibiótico y analgésico.

sábado, 10 de marzo de 2007

El tiempo

Algunos días están llenos de reencuentros y me siento casi borracha de tanto recuerdo agolpándose dentro de mí. Es como si todo, de repente, girara a mi alrededor recordándome que tengo muchas historias vividas, muchas risas compartidas, muchos secretos guardados y mucho mucho mucho que recoger después de tanto sembrar.

De pronto, cumplo 28 y todo lo pasado se choca en mi espalda, me da una vuelta y debo sentarme para poderlo digerir. ¿Ya 28? Si, ya 28. Buff muchos años ya, y como siempre me digo, ¿lo estaré aprovechando bien?. Todavía me obsesiona el “carpe diem” de “el club de los poetas muertos”. Quiero sacarle todo el jugo que pueda a esta corta existencia que se va de las manos por segundos.
Solo un día, sin pretenderlo te das cuenta que muchos son los años pasados y empiezas a decir cosas como: joder conozco a tal desde hace 22 años, o hace 10 años empezaba la universidad o aquella marcha tan graciosa fue con 15 años, con lo que ha pasado 13 cortos años; y uff que vuelta te da el corazón, ¿realmente aprovecho bien todo este tiempo?, ¿realmente le digo a mis amigos lo mucho que los quiero?...

El tiempo es tan relativo, los días parecen largos y sin embargo ya llevo 28 años vividos y no me he dado cuenta.

miércoles, 28 de febrero de 2007

Historia de Carlos y Sofía


- ¿Qué pasaría si sólo te quedara un día para amarme?- preguntó Carlos mientras cortaba una margarita y se la ofrecía a Sofía.
- Si sólo me quedara un día, por ejemplo hoy; pues te mataría a besos
y.. a mordiscos, y a caricias; y te diría muchas veces que te quiero.
Sofía cogió la flor, la olió y miró a Carlos. Él no contestó nada a lo que Sofía había dicho. Parecía que no le había gustado la respuesta de Sofía.
- ¿Qué pasa? ¿Te ha parecido mal lo que te he contestado o qué?
- No.
- ¡Oh, vamos, por qué le das tanta importancia, eso no va a pasar. Tengo todos los días que quiera para amarte, bueno todos los que haya hasta que dure lo nuestro.
- Nunca te tomas nada en serio. Te he pedido que te lo imagines, te lo
has tomado a broma. Yo lo que quiero es que por un momento te pongas en esa situación. Piensa por ejemplo que hoy es el último día que tenemos para vernos, sólo hoy.
Sofía se quedó pensativa durante unos instantes. Su cara parecía teñirse de penumbra. ¿Qué pasaría si sólo pudiera tener a Carlos durante un día?, ¿Qué haría ella, cómo se sentiría si eso pudiera pasar algún día? Se le antojó que la pregunta de Carlos era demasiado dura y no quería ni pensar en ella. Pero, ¿por qué motivos podrían tener solo un día para amarse? Quizá un viaje sin billete de vuelta, o una guerra, o el fin del amor por parte de uno de ellos o tal vez... la muerte.
- Lloraría y mucho. Me sentiría la mujer más desgraciada del mundo. Me enfadaría con todos, con el mundo, contigo. No quiero separarme de ti, además, ¿Qué haría yo sin ti?. Tú te has convertido en alguien importante en mi vida; sabes ese dicho de “los enamorados deben dejar de mirarse mutuamente y mirar juntos hacia la misma dirección”, pues eso es lo que he hecho yo contigo. Ya eres parte de mi vida, todo lo que hago, pienso, decido gira en torno a ti. Dicen que no hay nadie imprescindible, y que todo se termina superando; pero el caso es que aunque el tiempo llegue a remitir el dolor, la espinita siempre que quedará clavada en el corazón. Yo tengo una teoría muy romántica sobre el sufrimiento: las personas, al cabo de los años, no dejan de llorar porque se hayan olvidado de su desgracia sino que dejan de llorar porque ya no les quedan lágrimas. Si hoy fuera la última vez que pudiera verte lloraría, sí seguro que lloraría, pero intentaría no gastar mis reservas de lágrimas para seguir llorándote durante mucho tiempo. Yo tengo una cosa clara: puede llegar el día en el que ya no pueda verte más y ese día es posible que me lo impongan y tenga que asumirlo; pero el día en el que deje de amarte sólo podré elegirlo yo, y si quiero nunca llegará y te amaré eternamente.
- Eso quiere decir que tendría que cambiar la pregunta. Ya no sería qué pasaría si sólo tuvieras un día para amarme sino, qué pasaría si sólo tuvieras un día para verme.
- Así es- dijo Sofía con entusiasmo- tu pregunta ha cambiado. La nueva también es terrible pero tiene una consolación que es la de saber que hoy es el último día. Juego con ventaja, otros ni siquiera lo saben y quizá pierden el tiempo en cosas banales. Muchas veces tú y yo también perdemos el tiempo peleándonos por tonterías. ¿Te acuerdas aquel día que nos cabreamos porque ninguno de los dos proponía ningún sitio a donde ir? Si de verdad este fuera el último día te diría: “Muchas gracias por acompañarme en este trocito del camino, para mí ha sido un placer disfrutar de tan grata compañía. Te he querido mucho y supongo, o por lo menos espero, que tú también me hayas querido, aunque sea un poquito. Sé que una parte de ti se queda conmigo: fotos, cartas, poemas, dibujos y un trocito de tu vida. Mi memoria se llenará de riqueza porque todos los días engrandeceré tu recuerdo y cada vez que pase por este parque recordaré nuestra conversación y me diré: Cuánto le quise, es tan corto el amor y tan largo el olvido...”


¿Será tan corto el amor?
Neil

jueves, 15 de febrero de 2007

Mi marinero


Hoy le quería hacer un homenaje a mi marinero, a mi marinerito, ese que me abandona tantas veces, que si dos días en Lanzarote, que si tres en Fuerteventura, que si ahora a La Palma, que si mañana a Cabo Verde.
El marinerito me robó el corazón desde el primer día que lo conocí hace ya la friolera de 13 años, pero esa es otra historia que no voy a contar hoy.
El caso es que le escribí una pequeña carta, más que nada porque no se la esperaba y porque habíamos quedado en que en San Valentín nada de regalos ni cursiladas por el estilo.

La carta decía así:

“A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto, toda nuestra vida se concentra en un solo instante” (Óscar Wilde).

Eso pensé y sentí el día que te conocí. Ahora, 13 años después, sigo pensado que eres alguien muy especial que me hace muy feliz, aunque dejes las luces encendidas, no hagas la cama nunca, no bajes la tapa del wáter, te olvides de en qué mundo y día vives, dejes los zapatos en el salón, no limpies tu pecera, dejes restos en la loza, pañuelos con mocos repartidos por toda la casa, el neceser tirado una semana en el lavabo, los calcetines sucios en el suelo; aunque no sepas colgar un cuadro, aún no tengamos espejo en el baño ni estantería en el trastero porque no me acompañas a comprarlos y yo me niego a comprarlos sóla (como tantas otras cosas); aunque me quites la manta por la noche y encima me acuses de que soy yo quien te la quita a ti; aunque no hayas comprado tinta para tu impresora desde hace más de un año y me gorronees mi tinta y mis folios; aunque estés todo el día diciéndome guarradas y tocándome el culo; a pesar de que a veces juntes en la misma frase un; “¡chacho!” con un “de modo” o “tertulia”… a pesar de todo esto y de un largo etcétera TE QUIERO

miércoles, 7 de febrero de 2007

Tu ausencia

Te has ido y vuelve tu ausencia y tu silencio. Perdí tu calor y tu cercanía, cada vez que te vas, se me hace más cuesta arriba. Qué fácil acostumbrarme a tenerte a mi lado y qué difícil tu partida. Y siempre es así y lo seguirá siendo. Idas y venidas, despedidas y reencuentros.
Te has ido y vuelve el vacío incómodo (¿hay vacíos cómodos?), vuelve en mí la sensación de abandono y de apatía por no poder tocarte ni olerte, por no poder abrazarte, por no poder, simplemente, tenerte enfrente.

martes, 30 de enero de 2007

Miedo

21/01/07 3:45 a.m.

Una sombra, una duda, no me dejan respirar ni dormir tranquila.
Preocuparse es ocuparse antes de tiempo, quizá sea ese el problema pero, ¿qué puedo hacer?
Aquí la llevo, la pena guardada tras 1000 cerrojos, intentando que nunca pase como si eso estuviera en mis manos.
Es de tontos la situación y casi tonta soy yo, no lo puedo evitar, no me lo quito de la cabeza.
Ya veo sombras donde antes sólo había arco iris, veo oscuridad donde antes todo era luz; y no se si lo veo o lo imagino, si lo siento o lo provoco.
No tengo ni idea, sólo sé que tengo miedo.

lunes, 29 de enero de 2007

Reunión de compañeras de trabajo


Hoy han venido unas compañeras de profesión a mi casa, trabajaban conmigo el año pasado y ahora nos vemos esporádicamente para contarnos nuestras respectivas vidas y ponernos al día.

Es curioso porque todas las veces que nos vemos, se repite la misma historia:
Para concretar el día necesitamos semanas, y eso que todas somos jóvenes, sin hijos y sin un agobiante horario laboral. Siempre la misma cantinela: dónde comemos, en tu casa, en la mía, en un restaurante, cúal, dónde queda, qué se come…

Y una vez que nos vemos, lo único que hacemos en 3 ó 4 horas es hablar de todos los alumnos, sobretodo de los malos, ruines, pesados; esos que nos hacen la vida imposible y a los que, sin embargo, nunca vamos a olvidar. Y después toca destripar al resto de profesores con los que trabajamos.

Como somos tan diferentes, a veces las iras se reparten, N. pone a parir a L. y, en cambio, para mí L. era de las mejores personas del colegio. Pero lo mejor viene cuando las 3 al unísono, ponemos a caer de un burro a la misma persona, eso si es divertido. Le sacamos los ojos y todo lo que haga falta, criticamos vestimenta, profesionalidad, carácter y todo lo que se nos ponga a huevo.
- N: Tengo un chisme nuevo, chicas
- A. y Neil: ¿si? ¿cuál?
- N: me enteré que J. y T. eran íntimos hace muuuuuuuuuucho tiempo, salían juntos con sus respectivas pero J. se separó de su mujer porque se enamoró de la mujer de T.
- A y Neil: ¿Cómo? – tardamos unos segundos en reaccionar y en asimilar una noticia tan jugosa como esa.

Otra veces el blanco es la vestimenta de algunas:
- A: ¿se han fijado en el modelito que trajo ayer C.?, ¿cómo es capaz de traer eso puesto con lo gorda que está y lo gordísima que le hace?
- N: sí, pues se le notaba las bragas que eran tan blancas o más que el pantalón.
- Neil: ¿en serio que iba así vestida? (yo es que no soy tan observadora), pero esa mujer que es más joven que yo (porque me lo han dicho que si no, no lo habría imaginado jamás) como puede llevar tremenda ropa de cincuentona con los veintipocos que tiene. El otro día me fijé que llevaba unos zapatos igualitos a unos de mi madre y eso que ella podría ser su hija y que mi madre viste como una mujer de su edad.
- N: sí pues con el pantalón blanco se le marcaba los kilos de celulitis
- Neil: pues yo con mi celulitis (una quinta parte de la de ella) no me pongo pantalones ni blancos ni beis ceñidos para no ir pregonando que necesito un tratamiento rápido en corporación dermoestética.

Buah como disfrutamos esos momentos de complicidad, lo malo es que casi siempre el blanco de las iras son los mismos/as y a veces tenemos que cambiar el repertorio para no aburrirnos. Nos convertimos en 3 chicas malas haciendo lo que hacemos todas con amigas, conocidas y quien se nos ponga por delante.

En nuestra defensa tengo que decir, que todas estas conversaciones son exclusivamente entre nosotras, nadie más las oye ni las sabe, todo queda en un secreto de 3.

Pero lo triste es que, queramos o no queramos, los alumnos nos roban no sólo el horario laboral sino que también el de ocio. Es inevitable poner al caldo de pollo a alumnos y sus respectivos padres y la frase típica termina siendo, la mayoría de las veces: claro es que son esos padres, qué vas a esperar, hasta bien está el niño….

sábado, 27 de enero de 2007

La ruleta que gira y gira

6 de noviembre, 97
1:15 a.m.

Sucede que la vida es una ruleta que gira y gira sin cesar.
Nunca sabes donde se va a parar. A veces deseas y pides a no sé exactamente quién, que la vida no sea cruel contigo, que te deje al menos respirar.
No siempre las cosas salen como esperamos y la vida llega, como decía una amiga mía, a pesar demasiado.

Es una ruleta que gira demasiado, tanto para bien como para mal. Te puede tocar la mierda más mierda y sentir como el mundo no está hecho para ti. Las cosas no son de tu material, todo es tan ligero, tan superficial y tan duro…

¡Dios!, no son pocas las veces que me siento totalmente acabada, sufro como una niña pequeña a la que sus amigas han dejado de lado en algún juego.

Llegas con tu “personalidad”, tus ganas de “comerte el mundo” y tus pequeñas y grandes ilusiones. Todo se desvanece al ver que ahora la ruleta ha girado en un sentido totalmente distinto y estás perdida. De nada sirve aquí tu “personalidad”, ni siquiera tú misma.

La llamada adaptación se convierte en un fruto prohibido que nace en la copa de un árbol tan alto como una sequoia.

Todos los días despierto pensando que la vida me tratará mejor, que me hará sentirme feliz aunque sea por un momento,
Por qué las cosas son tan difíciles (en todos los sentido).

Hoy he recibido una carta de R. y he sentido como la cara me cambiaba de repente y en mi corazón se ha abierto una brecha que no puedo controlar. Todo me duele en demasía y no entiendo porqué las cosas (algunas) pasan tan rápido y son tan dolorosas.

No entiendo por qué la vida nos prueba de esta manera.

Palabras delirantes que siento con
toda mi alma en el fondo de mi
corazón.

Todo quedó en un deseo como tantas otras veces

16 de febrero,97

Y allá en el éxtasis de la noche, en su punto más bello, en su esplendor me encontraba sola. Miles de personas a mi alrededor, pero sola.

Mi mirada se perdía en el infinito del mar, él también estaba solo.

Sentí ganas de huir corriendo hacía él, quizá en su movimiento me abrazaba y me protegía. Quizá me llevara una ola hasta lo mas profundo de su ser.
Quizá yo ya no estaría sola; pero el caso es que no corrí ni huí; todo quedó en un deseo como tantas otras veces.

Todos reían quizá por tomar tanto alcohol, en realidad creo que todos tenemos una espina que no nos deja sonreír tranquilos.

Decidí sentarme, doblar las rodillas y esconder la cabeza. No pensaba nada en concreto, yo no pensaba, sólo sentía mi respiración y mi aturdimiento. Que la noche era bella y no la aprovechaba, que quizá el cielo estuviera estrellado y yo no era capaz de mirar hacia arriba.

Alguien tocó mi espalda y se sentó a mi lado. No, yo no estoy para nadie, no quiero que nadie se siente a mi lado. Déjenme, déjenme.
Me ví en la obligación de mirar a ver quien era.
- Hola, ¿qué te pasa?
- Nada
Creo que comenzó el principio del fin. Que me diría esta vez; me reprocharía algo, me plantaría la mosca, me diría que me quiere, que le gusto…. Quien sabe. Prefiero no saberlo y me acuesto dándole la espalda.
No se cuando tiempo pasó, sólo sé que me quedé dormida.
¿Y él?...se iría a enrollarse con alguna

Otro capítulo más de indecisión, nadar maradentro y no querer salir.
Si es que ya no sé distinguir entre flores y raíces, no se distinguir lo complicado de lo simple y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar
Todo arde si le aplicas la chispa adecuada.

Esto explotará de un momento a otro, creo que no se salvará nadie.

Esa noche al son de los años 70

Dicen que las mejores noches son aquellas que no planeamos, y a veces tienen razón, mucha razón.
Ese sábado nos juntamos 3 amigas, sólo queríamos tomarnos unas copas e irnos cada cual a su casa a dormir.
Primero fuimos a un bar bohemio, de esos con música suave, velas, gente tranquila y sillones en los que si te acomodas mucho, te sobas. Si ya eran pocos los ánimos, la elección del bar no fue demasiado adecuada. Allí estábamos las 3 bostezando sin parar y sin saber muy bien qué decirnos (nos vemos todas las semanas, además de las llamadas, mensajes y comunicación por el Messenger).
Una de mis amigas, avispada, nos sacó del bar después de la 1ª copa, casi arrastrándonos y nos llevo a otro bar donde se suponía que había una fiesta privada de los años 70.
- 15 euros la entrada, dijo el portero
- ¿15 euros? Pero estás loco, son ya las 2 de la mañana, además nosotras bebemos poco y hemos llegado aquí hoy de casualidad, no sabíamos nada de la fiesta, siempre venimos aquí los viernes….. (las 3 con carita de corderito degollado haciendo ojitos al portero)
- Bueno, ¿qué tal si pagan 20 euros entre las 3 y se toman 2 copas cada una?
Nos pareció una oferta más que razonable, total nosotras nos saltaríamos el pequeño hecho de las 2 copas por persona y listo.

Así fue como entramos, la gente disfrazada, pero muy currada la ropa, vamos habían rebuscado en los cajones de sus madres, esos que se guardan en los trasteros con ropa con gran valor sentimental; porque aquellas prendas no eran compradas. De hecho reconocí modelitos y zapatitos que mi madre lleva en muchas fotos de esas de antaño.

La música de los 70 genial, la gente se inventaba coreografías y nosotras sin conocer a nadie, bailando con ellos como si todos fuéramos a la misma academia de baile.
Tras la 1ª copa, el portero (como si no lo supiéramos) nos dijo: bueno sólo les queda una copa más por beber.
Tras la 2ª copa: chicas, ya saben, no se pueden acercar más a la barra (había barra libre y las botellas, refrescos y vasos estaban encima de la barra, en plan self service).
Nosotras ante tu continua actividad detectivesca sólo sonreíamos sin olvidarnos de hacerle ojitos y poner nuestro mejor perfil.

A la 3ª copa ya hacíamos el tren con los demás y cantábamos en coro con nuestros nuevos amigos. Como el bar es una típica casa canaria, salimos al patio a coger un poco de aire, aprovechando que estaba vacío. A mis amigas (ilusas) no se les ocurre otra cosa que ponerse a bailar con las columnas de madera. Yo les advertí que como siguieran así, todos los tíos del bar, vendrían al patio y entonces íbamos a estar igual de apretadas que al principio. Pero ellas, a las que les gusta más un baile que a un tonto un lápiz, ni caso. Al segundo empezaron a llegar en manada toneladas de hormonas alteradas. Disimuladamente me hice a un lado porque yo siempre he sido la más modosita de mis amigas y me gusta mi rol. Aquellas hormonas gritaban:
- ¡Qué siga bailando la de las botas azules!
A lo que ella contestaba:
- ¡Podría ser tu madre!
Aquello ya se nos estaba empezando a ir de las manos, sobretodo cuando me di cuenta que al único grupo de chicas, aparte de nosotras, que estaba en el bar, les gustaban también las mujeres; como así nos lo demostraron toda la noche presentándose una y mil veces, pidiéndonos que bailáramos con ellas, que les colocáramos los pañuelos, trabas y demás complementos; y haciéndonos ojitos como nosotras hacíamos al portero.
No dábamos abasto. Cada una hablaba con quien podía.
Yo me puse a hablar con un chico, al principio pensé que con él no podría tener una conversación de más de dos minutos, su manera de vestir, su forma de hablar; no parecía ser del tipo de personas con las que me relaciono. Pero cuál fue mi sorpresa al descubrir a una persona sencilla, interesante, divertida, muy diferente a mí pero que me contaba su vida como si me conociera de siempre. Yo le dije que era psicopedagoga pero eso no es lo mismo que psicóloga, yo se lo advertí pero él quería hacer terapia y a mi no me pareció una mala idea. Así conocí a todos sus amigos y a su hermano que con sólo mirarlo me daban ganas de echar a correr. No por feo, sino porque era de esas personas con mirada penetrante y dura, de las que uno se dice: ¿mientras me mira que le estará pasando por la cabeza?

Yo no sé en qué momento perdí la cuenta de los cubatas que bebí, sólo sé que bebiéndome una copa, no sé si la 6ª o 7ª tuve ganas de vomitar y decidí dejarla y empezar a agua de garrafa (que también tenían en la barra). Mi nuevo amigo seguía contándome su vida y milagros, a veces se emocionaba tanto y se acercaba tanto que sentí tener la cara llena de pequeños escupitajos, pero yo estaba ya demasiado ida para mandarlo a callar o para separarme. Su hermano me sacó a bailar, así de repente y me dio unos meneos que creí morir. A pesar de eso, yo no quitaba mi sonrisa. Mi amigo se molestó y creí intuir que su hermano le hacía eso con frecuencia.

Mis amigas ocupadas, una hablando con un francés que no sé de dónde había aparecido y la otra con cara de susto sentada mientras un chico le acariciaba la oreja.
- Es que me da palo decirle que me deje la oreja en paz, me explico luego

Las horas iban pasando y se acercaban las 6:30 a.m. hora de cierre. Encendieron las luces, bajaron la música y nos comunicaron, micrófono en mano, que iban a cerrar.
Todos protestamos, y así lo manifestamos con un “Ohhhhhhhhhhhh” al unísono, que parecía haber sido ensayado durante días, pero yo, presa de las copas, de esos maravillosos cubatas, me alcé como portavoz del grupo y con una botella en la mano grité: ¡pues yo no me voy!, ¡me da igual que cierren!, ¡yo me quedo aquí!
En ese momento, mis amigas entendieron que había llegado la hora para mí, que estaba lo suficientemente borracha como para hacer esa clase de tonterías sin ponerme siquiera ni un poquito roja. Yo la modosita y discreta del grupo, la que no suele bailar dentro del coro que hacen sus amigas para irse luciendo de una en una.
Del bar me sacaron, casi a empujones y reímos divertidas, pensando en que sin pretenderlo, habíamos sido las reinas de la noche, sin competencia femenina y con todas las hormonas rendidas a nuestros pies.

El final de la historia no es tan glamuroso, hice muchísimas visitas al baño, él me acompañó en mis horas más bajas, esas en las que vomitaba la noche una y otra vez.

viernes, 26 de enero de 2007

Aquel novio capricornio

Estos días, mientras pensaba y escribía sobre los capricornios, me he acordado mucho de un novio capricornio que tuve. Además he comentado con amigas muchas de las cosas acontecidas en aquella época y, ahora, sólo puedo mirar atrás y hartarme a reir.
Empecé con él a los 17, que tiempos aquellos. Para mí era una suerte tener un novio tan sumamente caballeroso, tan sumamente educado, tan sumamente estudioso, tan sumamente romántico, tan sumamente todo lo que a una chica de entonces le gustaba en un chico (no se si ahora la cosa ha cambiado entre las adolescentes, creo que sí y ya contaré porqué en otro post).
Recuerdo aquellas larguísimas cartas, llenas de poesías, cartas que nunca se mandaban por correo porque me las daba en mano para que las leyera delante de él a ver qué me parecían (super romántico verdad?, el sueño de toda adolescente, o no?). Siempre me escribía en cartas lo que no era capaz de decirme de frente, directamente, yo creo que era la timidez de la edad.
En un momento de la relación nos tuvimos que separar pues cada uno se fue a una ciudad diferente a estudiar. La cosa así era muy complicada pues cada uno crecía y evolucionaba como podía o como le dejaban y fuimos cambiando, escogimos diferentes caminos, queríamos diferentes cosas y tras 3 años de relación; todo acabó de la noche a la mañana aunque después de discusiones que nunca acababan y de diferencias irreconciliables.
Pero a pesar de todo eso, el dejarlo fue duro para mí, bastante duro. Ahora desde la distancia me alegro, me alegro mucho, pero en ese momento crees que la vida perfecta es lo que tienes y no quieres perder. Durante esos 3 años hubo broncas de película en plan: "toma tu maldita alianza que yo no la quiero", o: "para el coche que no tengo ganas de escucharte".
El hecho es que lo dejamos, yo sabía que me quería pero él no quería intentarlo (era una especie de venganza: te dejo para que veas lo que es estar sin mí, bastante patético pero así me lo confesó años después).
Yo lo llamaba y mucho, siempre estaba pendiente del móvil, deseando aunque sólo fuera un mensaje, buscando excusas que explicaran una nueva llamada mía que por supuesto sólo contribuía a hacerme más daño. Tras 6 meses sin salir, él empezó otra relación y ahí me di cuenta que aunque tenía clarísimo que él me quería, ya estaba todo perdido.
Empecé a preocuparme por mí, sus rarezas y su manera de actuar me descolocaban y me destrozaban. Dejé de llamarle, más que nada por salud. La dignidad no se a donde se fue en esos meses, se esfumó.
Un día, casi al año de dejarlo, me llama y me pregunta: ¿dónde estás?
- Pues dónde voy a estar, en Madrid
- Si, ya, pero, ¿en que zona?
Ya empecé a ponerme nerviosa.
- Cerca de la Puerta del Sol estoy.
- ¡Ah!, es que he venido el fin de semana, estoy en casa de un amigo, Pablo, ¿te acuerdas? Podríamos vernos, ¿no?
- Si claro, después te llamo para quedar.
Mi cara, el espectro de un muerto, mis amigas, a mi lado preguntándome quién era y qué me habían dicho.
Pues esa noche quedamos en mi piso para hacer botellón, mis amigas, él, su amigo...se podía cortar el aire, él no me miraba a la cara pero a las 4 copas ya me miraba y me tiraba los tejos a lo bestia. Toda la noche que si qué guapa estás, que si baile por aquí, bailé por allá, que si te agarro que si te cojo.
Y yo, feliz, alucinada, dejándome llevar sin saber lo que se me avecinaba.
Al día siguiente se iba pero antes quedamos para tomar café, entre otras cosas yo quería saber si algo entre nosotros había cambiado, al fin y al cabo había sido un fin de semana intenso, habíamos vuelto a estar juntos después de tanto tiempo.
Durante el café me empieza a contar una historia rocambolesca y sucia. Él seguía con su novia, pero claro, el pobrecito llevaba unos meses aburrido con ella, pensando en mí, nombrándome (siempre según su versión) allá a donde iba. Sus amigos le había advertido: "tío no puedes hablar así de tu ex estando con otra tía".
Así que él pensó que debía aclararse y la mejor manera era engañando a su novia, diciéndole que se iba a ver a un amigo a no sé muy bien donde y aparecer en Madrid para verme a mí. Así se aseguraría de qué sentía realmente y se quitaba su tremenda confunsión de encima. Según él, durante el fin de semana había sentido muchas cosas y claro, es que con su novia se aburría muchísimo pero no sabía que hacer, lo tendría que pensar.
La verdad es que si me cuentan esto con 4 cubatas encima a lo mejor me rio en su cara y le llamo "polla boba" pero claro contado en frío y con un triste café no sabía si salir corriendo, llorar o insultarle.
Así sin más se fue, él y sus circunstancias; y así me dejó en estado de shock.
Ahora sólo pensaba que, tras estar hundida en la misería durante meses y haber resurgido de mis propias cenizas, había vuelto a caer en un pozo mucho más estrecho y oscuro.
A pesar de eso, mi madre me crió para ser tozuda, testaruda y ciega, y le escribí una carta, de esas románticonas y llenas de buenos deseos que él tanto me enseñó a escribir.
Jamás tuve respuesta y eso sí que fue el final. Mi dignidad volvió a mi lado entonces y dije que se acababa esta historia llena de rarezas.
Comencé a hacer mi vida de nuevo, ya estábamos en marzo. Durante la semana santa, conocí, por circunstancias, a mucha gente, personas que sin saberlo me dieron vidilla, me ayudaron a darme cuenta de que había más mundo aparte de ese "caballeroso" capricornio. Además durante esas vacaciones me reencontré con un viejo amor, de esos que pasan los años y te sigues acordando de manera especial. Pero de él hablaré en otro momento.
A la vuelta de vacaciones, otra vez en Madrid, yo era otra persona, ya estaba cansada de llorar, de buscar explicaciones donde no las había y de intentar entender lo inexplicable. Ya me encontraba más tranquila, más serena, salía más y conocía a más gente interesante y me mensajeaba desde la distancia, con ese viejo amor. En mayo, mi "queridísimo capricornio" dio señales de vida, imagino que extrañado de tantos meses de silencio. Al fin y al cabo, él no estaba acostumbrado a eso. Conociéndole, me llamó para saber de mi vida y para intentar intuír qué había cambiado tanto para que yo no siguiera llorando por las esquinas.
La conversación breve, más que nada porque a mí, hablar con él después de tantas idas y venidas, me daba ganas de vomitar. Me contó que después de su viaje de incógnito siguió con su novia (pero no decía que se aburría con ella y que pensaba en mí?) pero que ella, no sé muy cómo se enteró de su escapadita a Madrid y lo había dejado compuesto y sin novia; y al paso al que íbamos yo ya no iba a ser ni siquiera una ex, ni amiga, ni conocida porque no lo podía ni ver.
Yo por teléfono muy simpática pero con prisas, más que nada por las nauseas.
Sé que él se quedó preocupado, muy preocupado, ya no me tenía en su lista de accesibles y lo conozco bastante para saber que me seguía recordando y sin embargo me estaba perdiendo.
Pasaron los meses y en julio volví a Canarias, empecé a quedar con aquel viejo amor con el que me había gastado una fortuna en mensajes desde semana santa. A las 2 semanas de estar en mi casa me llamo mi capricornio muy simpático, preguntándome qué tal me iba. Yo no sabía cómo sacar el tema de una forma no muy descarada de que estaba saliendo con aquel chico de antaño del que yo, cuando aún éramos amigos, tanto le había hablado, allá por los 16 años. Los días fueron pasando y yo no había encontrado el momento para decirle mi nueva situación. Él me seguía llamando y con sutileza me decía que tenía ganas de verme. Me contó que tras cortar con aquella novia aburridísima, volvió con ella pero lo habían dejado justo antes del verano. De verdad que lo de este chaval no tiene precio. Mientras estuvo allí la aprovecho y ahora lo deja con ella para aprovecharme a mi, no?, ese parecía ser su plan. Yo, para que no siguiera construyendo castillos en el aire, le conté con la mayor sutileza de la que fui capaz (y mira que me costó) que estaba saliendo con aquel chico al que él tanto había odiado, aquel, al que cuando coincidía en el mismo bar que nosotros, mi "querido capricornio" intentaba por todos los medios que yo no viera, aunque sin saberlo él, yo no soy tan tonta y me daba cuenta o lo veía yo primero.
La noticia no le sentó nada bien y de repente de entraron unas prisas parecidas a mis nauseas de hacía unos meses.
A los dos días me llamé de nuevo, ahí con un par, para advertirme de una cosa horrible que mi novio me estaba haciendo. Por lo visto, él había indagado, preguntado, averiguado que mi novio que por supuesto no es capricornio, estaba conmigo y a la vez con su ex. A mi me dieron ganas de reirme en su cara. Además me dijo con voz muy seria: Neil, yo te quiero mucho, para mi eres muy importante y me encantaría que rehacieras tu vida con cualquier persona que te gustara pero no con él que te engaña con su ex novia.
Yo, haciendo alarde de educación, tranquilidad y buenos modos, le agradecí su preocupación, le informé de que eso era imposible, más que nada porque mi novio pasaba conmigo casi 18 horas al día, las restantes las usaba para dormir, y no eran muchas; pero también le dije irónicamente (aunque no se dio cuenta de mi ironía) que cualquier cosa que le contaran o que él averiguara, no dudara en hacérmelo llegar.
¡Madre mía, que estupor!, como puede alguien inventarse historias ridículas de una persona a la que no ve y pretender con ello volver a tener lo que se encargó de perder.
A los meses de este episodio patético en su biografía llegó otro peor, y con este termino mi larga historia. Me llama un día, a finales de septiembre, para ver qué tal estaba. Yo no sé en qué momento ni porqué él empezo a llorar, tan cual, a llorar desconsoladamente. Tanto lloró que hasta a mí se me salieron las lágrimas sin saber porqué lo hacía. Una vez calmado me explicó que lo estaba pasando mal, que me echaba de menos y que me había perdido para siempre. Qué él siempre me había querido (¡lo sabía!) pero que quería vengarse de mí por cosas que yo le había hecho durante la relación. Y que se había inventado, en un ataque de celos, que mi novio estaba con su ex y conmigo a la vez.
Lloraba, lloraba y lloraba, me daban ganas de llamarle "imbecil" pero como por primera vez en mucho tiempo había sido sincero, no quería estropearle el momento de confesión.
Le dije que sentía mucho que su vengaza hubiera sido tan cruel y tan larga como para que yo me olvidara de él y empezara otra historia pero que, mi situación actual, no la cambiaba.
Y así terminó esta historia, que tuvo momentos buenos (al principio) pero que acabó como el rosario de la aurora.
A veces me daba la sensación de que tenía una mente muy retorcida, no sé, asi como la de nosotras, y que en un propio orgullo se hundió en la mierda.
No digo que todos los capricornios sean así, pero este con sus rarezas (sé que me repito) terminó por desquiciarse y casi nos desquicia a nosotras, osea a la aburrida y a mí. Lo único que le deseo es que cambie su manera de ver las relaciones y el mundo porque sino, mi historia sólo será una de tantas en su haber.
Si descubren algún capricornio parecido, salgan corriendo.
Neil