lunes, 3 de marzo de 2008

Los ratones de mi comunidad

Hoy toca dar repaso a la comunidad, hacía mucho tiempo que no decía nada porque, aparte de algún otro problemilla sin importancia y de mi querídisima Maruca (a la que le dediqué dos post) dando por saco, no había pasado nada interesante.

Pero este fin de semana ha sido especial, el sábado (día de mi cumple, por cierto) me sacan de la ducha las siguientes palabras: por favor dile a Neil que se asome que es muy urgente lo que ha pasado en el edificio.
Mi marinerito como buen presidente consorte me avisa y yo salgo a medio calzar y medio peinar. Es una de mis vecinas, una chica de mi edad, más o menos, que está totalmente alterada porque dice que hay una plaga de ratones en el edificio. Al principio me alarmo un poco, cuando la intento tranquilizar para que me cuente cómo, dónde y cuándo vio la plaga, me dice que en su casa huele a muerto y que no puede ser otra cosa que un ratón.
- ¿Pero lo has visto?
- No, pero sus cagaditas si y se le oye andar por el falso techo.
Luego me empieza a echar pestes de la empresa antiplagas, de la administradora, de la constructora y no sé ni de cuanta gente más. Empezó a mezclar episodios de su vida, cuando una vez no se quién se encontró un ratón muerto, cuando ella en el trastero vio una cagadita…cosas de antes de que la empresa antiplagas empezara a trabajar. Claro que estaba tan alterada, que me lo mezclaba todo y yo prefería no preguntar.
Bueno a lo que iba, me pidió una escalera extra larga que tenemos para abrir la claraboya y ver si el ratón estaba por allí.
Yo me largué de mi casa antes de que ella me contara si lo había encontrado. Avisé a la administradora y preferí esperar.
El domingo, mi vecina siguió buscando el ratón sin éxito y hoy fue tal la que armó que dos técnicos de la constructora se presentaron en su casa.
La imagen en el piso surrealista, allí estaba el novio con un mazo dispuesto a romper techos y casi paredes, tranquilizándolo los técnicos, le explicaron en todo momento que no veían mucha lógica al tema de los ratones, incluso se subieron a la cubierta a mirar, para después ayudarles por toda la casa a mover muebles.
Ellos seguían erre que erre con lo del ratón, que la peste era muy grande y tenía que estar muerto por algún lado.
Los técnicos, sudando, venga a rodar muebles, venga a subir y bajar por la extra larga escalera. Al final uno de ellos, decide seguir el rastro del olor y ¡sorpresa! No era un ratón muerto sino el depósito de detrás de la nevera que estaba lleno de mierda y de bichos, mosquitos…

De allí se fueron los técnicos bastante indignados y con el olor impregnado en la nariz.